La cosmética "cruelty free" se encuentra en crecimiento, siendo respaldada por activistas y consumidores que buscan una alternativa sin crueldad animal. El proyecto busca optimizar recursos, tiempos y costos en la cadena productiva de emprendedores para que puedan generar una oferta competitiva frente a la cosmética tradicional. En este sentido, se aborda un punto crítico del proceso que es el refill, debido a que actualmente se gastan alrededor de 300 litros mensuales por emprendimiento para la recuperación de envases. Para lograr el guiño de sostenibilidad en la propuesta se diseña un equipo de limpieza por vapor que limpia y sanitiza los envases en un solo paso.