El uso industrial del plástico ha impactado negativamente en el medioambiente y en la calidad de vida de las personas, considerando la acumulación de basura. Esto se ha agravado con el uso de plásticos de un solo uso. Con esto, ha surgido la necesidad de desarrollar un producto biodegradable, pero que mantenga las propiedades relevantes del plástico. Así, surge MUZ, proyecto que presenta un bioplástico en base a un polímero presente en el Nopal, que sirve para la fabricación de envases y embalajes para productos alimenticios secos, logrando un nuevo producto zero-waste, biodegradable, hidrosoluble y comestible. El equipo realizó un estudio etnográfico; un análisis químico y ambiental; y una serie de experimentos para evaluar las potencialidades de este residuo respecto de otros. También prototipó un sistema estandarizado de manufactura, y probó su viabilidad económica: actualmente no es competitivo, pero se proyecta positivamente considerando el marco normativo y socio-cultual chileno.