Debido a la crisis por el covid, nos enfrentamos a temas como la muerte y la manera en la que queda nuestro cuerpo cuando partimos. Además, los actuales servicios funerarios son altamente contaminantes, por lo que se propone una alternativa de servicio más sustentable y que nos permita conectar con aquellos que pasaron a mejor vida de otras maneras. Lugün es un bosque funerario ecológico, en donde cada cuerpo se entierra bajo un árbol distinto (rito que proviene de la cultura mapuche: los muertos se “quedan” en el árbol y los tenemos más cerca). Cada árbol cuenta con un patrón único escaneable, que lleva a una biografía musical personal, con una foto de perfil, el nombre y canciones previamente elegidas por el difunto o sus familiares; y un sensor que permite reproducir la música de manera automática a medida que se camina por el bosque acercándose a los distintos árboles. Así, a través de la música y la naturaleza, podemos conocer y conectar con los que partieron.