El proyecto apunta a espacios culturales (cine y teatro) como un importante foco de contagio de interacción social con escasas soluciones. Para ayudar a controlar la difusión del virus, nos enfocamos en las butacas (espacio más utilizado por el usuario durante su estancia) y desarrollamos un cobertor que se divide en partes, una para el asiento y otras para los apoya brazos, que actuará como sanitizante sobre estas, compuesto por tela de PES recubierta con óxido de grafeno reducido. Este último destaca por ser un material resistente y superconductor de energía (altamente utilizado en el área médica) que, mediante pulsaciones eléctricas imperceptibles, conseguiría repeler contaminantes al instante. Su funcionamiento requiere de contacto energético, por ende, incorporamos un circuito integrado para textiles, que va enlazado a una batería portátil o bien a energía solar. Para un uso más eficiente, se pueden activar todas las butacas al mismo tiempo mediante un mando a distancia.