El COVID-19 afectó la calidad de vida de las personas de los sectores más vulnerables, visibilizando el drama de la precariedad laboral, el desabastecimiento y la falta de acceso a alimentos. Por otra parte, a nivel local (y global) se identifica un creciente problema de contaminación por metales pesados de los suelos urbanos, que compromete severamente la salud, seguridad alimentaria y medio ambiente. Nuestro diseño busca atacar ambos problemas, mediante el uso de plantas para la fitorremediación de suelos previo a la incorporación de la tierra a usar en huertas urbanas y huertas modulares para el cultivo de hortalizas en camas altas y con auto riego por vasijas. Para su fabricación, trabajamos una combinación de materiales reciclados con tecnología diaguita, cultura que utilizaba vasijas de gres que exudan agua y mantienen húmeda la tierra a su alrededor por un largo tiempo. El principal activo es la facilidad para replicar y escalar el diseño, asegurando el autoabastecimiento.